Características citológicas especiales de los epitelios
Características
citológicas especiales de los epitelios
Los epitelios se
caracterizan sobre todo por la tendencia a formar membranas conexas. En las
superficies laterales de las células hay especializaciones del plasmalema cuya
función es mantener el contacto con las células adyacentes. La superficie libre
está especializada de acuerdo con las funciones específicas del epitelio. Por
lo tanto, el extremo distal de la célula correspondiente a la superficie libre
es diferente del extremo basal, por lo que se dice que las células están
polarizadas. La polaridad incluye también la ubicación de los orgánulos de la
célula. Así, por ejemplo, por lo general el aparato de Golgi se localiza por encima
del núcleo, es decir, sobre el lado luminal/apical del núcleo. La polaridad es
más notable en las células cilíndricas o cúbicas.
A menudo la polaridad se
manifiesta porque muchas proteínas de membrana sólo se desplazan (por difusión
lateral) dentro de un espacio limitado de la membrana celular que, en
consecuencia, está constituido por dominios de membrana separados. Estos
dominios se mantienen debido a que las células crean barreras en forma de
contactos celulares.
- Especializaciones de la superficie lateral:
Una propiedad fundamental del tejido
epitelial es la estrecha cohesión que existe entre las células, lo que permite
la formación de barreras mecánicas fuertes, densas y selectivamente
impermeables.
Por ejemplo, los estudios por
microdisección demuestran que se requieren fuerzas bastante grandes para
separar células epiteliales vecinas. Cuando se analiza con el microscopio
óptico el epitelio estratificado plano de la epidermis, muy resistente desde el
punto de vista mediante pequeñas proyecciones: los “puentes intracelulares”.
Cada puente intercelular presenta un punto
intensamente teñido en su parte media, denominado desmosoma, También se ha
demostrado la presencia de desmosomas en las superficies laterales de las
células epiteliales cilíndricas y, mediante la microscopía electrónica, quedó
claro que existen varios tipos de contactos celulares, cuyas ultraestructuras y
composiciones moleculares se han determinado en detalle. Por lo general, los
contactos celulares se clasifican según su función en:
1. Contactos
oclusivos: que sellan las uniones entre las células y se denominan zonulae
occludentes, la base de las barreras de permeabilidad de muchos epitelios.
2. Contactos
adherentes: que unen en forma mecánica a las células entre sí e incluyen las
zonulae adherentes, las fasciae adherentes y los desmosomas, o a la matriz
extracelular en la forma de hemidesmosomas y adhesiones focales,
3. Contactos
comunicantes: que median la comunicación entre dos células adyacentes e
incluyen los nexos y las sinapsis.
Como
se mencionó, estos contactos celulares especializados son estructuras que se
demuestran con microscopía electrónica y alcanzan su máximo grado de
organización estructural en el tejido maduro. No obstante, ya en los tejidos
embrionarios, durante su diferenciación se distinguen numerosos contactos con
estructuras menos organizadas, en parte en la forma de las denominadas
moléculas de adhesión celular. Varias de las moléculas de adhesión embrionarias
vuelven a encontrarse em los complejos de contacto más permanentes, formados
con posterioridad.
Adhesión celular y moléculas de
adhesión celular: Las células del mismo tipo poseen la capacidad para
reconocerse y relacionarse selectivamente entre sí durante el desarrollo de los
distintos tejidos y órganos en el feto. Esta forma de adhesión celular es
mediada por distintos tipos de moléculas con la denominación común de moléculas
de adhesión celular (CAM), de las cuales las primeras se demostraron en el
tejido nervioso y se denominan moléculas de adhesión celular neural (NCAM).
Las
CAM son glucoproteínas transmembrana, cuyas proporciones hidrocarbonadas
sobresalen de la superficie celular y poseen sitios de unión mediante los
cuales las células se identifican y se adhieren entre sí. Por lo general, la
adhesión ocurre entre dos moléculas de adhesión idénticas y se denomina unión
homófila.
Un
grupo grande e importante de CAM son las denominadas “cadherinas”, cuya
adhesión, a diferencia de las NCAM, requiere de la presencia de iones calcio.
Se explica así que a menudo las células se disocian cuando se eliminan los
iones calcio del medio extracelular, por ejemplo, por exposición a agentes
quelantes. Las cadherinas son glucoproteínas transmembrana con moléculas de
hidrato de carbono localizadas sobre la superficie externa de la célula e
incluyen, por ejemplo:
- Cadherina E (se encuentra sobre todo en el tejido epitelial)
- Cadherina N (sobre todo en el tejido nervioso)
- Cadherina P (en especial en la placenta)
Todas
las células de los mamíferos parece que tienen cadherinas específicas para
determinados tipos celulares o grupos de tipos celulares sobre la superficie.
Las cadherinas median la misma forma de reconocimiento y de adhesión que las
NCAM, pero la adhesión mediada por cadherinas es más fuerte y más estable. NO
siempre es necesaria la unión entre dos moléculas de adhesión idénticas, (unión
homófila), También puede ser (para otros tipos de moléculas de adhesión
distintas de CAM y cadherinas) entre dos tipos distintos de moléculas de
adhesión, la unión heterófila, o la unión puede estar mediada por una molécula
de adaptación. Estas últimas se encuentran en forma de lectinas secretadas por
muchos tipos celulares; son proteínas con propiedades fijadoras de hidratos de
carbono que pueden ser muy específicas para determinados tipos de monosacáridos
y detalles estructurales de los polisacáridos. Las lecitinas tienen más de un
sitio de unión para hidratos de carbono, por lo que pueden actuar como eslabón
intermedio entre moléculas de adhesión celular en dos células. Las propiedades
fijadoras de hidratos de carbono específicas de las moléculas de lecitina se
utilizan, por ejemplo, para caracterizar la composición molecular de las
moléculas de hidrato de carbono de la superficie celular.
El
extremo citoplasmático de las moléculas de cadherinas está unido a los
filamentos intermedios o a los filamentos de actina del citoesqueleto mediante
proteínas insertadas denominadas cateninas (con varios subtipos). De este modo,
los citoesqueletos de las células vecinas quedan anclados entre sí, por lo que
las tensiones de tracción sobre el citoesqueleto de una célula pueden
transmitirse al de la célula vecina sin que se rompa la delicada membrana
celular.
La
producción de cadherinas es continua y en grandes concentraciones en casi todos
los tejidos donde se encuentran. Por ejemplo, la producción y la actividad de
las cadherinas E son necesarias para la unión mecánica entre las células
epiteliales.
Zonula Occludens: Sobre
las superficies laterales de las células epiteliales cilíndricas, inmediatamente
por debajo de la superficie libre, con el microscopio electrónico se distingue
un complejo de unión. Compuesto por tres tipos de contactos:
§ Zonula
occludens
§ Zonula
adherens
§ Desmosomas
La zonula occludens: (Unión estrecha o unión hermética) se encuentra
inmediatamente por debajo de la superficie libre del epitelio, donde las capas
externas de las membranas de dos células vecinas se acercan hasta crear una
fusión aparente. La denominación zonulae se debe a que esta zona yuxtaluminal
de la fusión de las membranas se extiende como un cinturón alrededor de toda la
célula.
En
dirección luminal-basal, el cinto tiene un ancho de unos 0.2 µm. Con gran
aumento, se observa que las membranas sólo se fusionan en una serie de puntos.
En los preparados por congelación y fractura. Que dividen la doble capa
lipídica de la membrana celular y desnudan su estructura interna, se observa
una red de crestas sobre la cara P (la superficie externa de la mitad interna
de la membrana), y un correspondiente juego de surcos en la cara E (la
superficie interna de la mitad externa de la membrana). Las crestas están
compuestas por densos cordones de proteínas globulares transmembrana. Por el
método de congelación y fractura, los cordones de proteínas globulares
transmembrana. Por el método de congelación y fractura, los cordones quedan
fijos a la cara P y aparecen como crestas, mientras que en la cara E “dejan
huella” en la forma de los surcos complementarios. Se cree que las crestas
están en contacto directo (lado a lado) con las crestas correspondientes de la
célula vecina en las zonulae occludentes, lo que en los cortes comunes para el
microscopio electrónico se visualiza como contactos puntuales.
Tres
grupos de proteínas integrales de membrana, denominadas claudinas, ocludina y JAM
(junctional adhesión molecules), intervienen en la formación de los cordones
oclusivos. Estas proteínas se relacionan con tres proteínas de placa
citoplasmáticas, ZO-1, ZO-2 y ZO-3, que posiblemente desempeñen un papel
importante para poder determinar la ubicación de las proteínas justo en la
transición entre las superficies celulares apical y basolateral. De la familia
de claudinas, se conocen ahora 24 genes diferentes, los que al parecer es
esencial para la densidad de los contactos oclusivos: además, estas proteínas
permiten el paso de determinados iones, con gran especifidad.
La
zonula occludens cierra el especio intercelular hacia la luz, cerca de la
superficie luminal. En consecuencia, las sustancias no pueden atravesar la capa
epitelial por vía intercelular, lo que se demuestra mediante experimentos con
sustancias marcadas electrodensas incapaces de atravesar la zonula occludens.
Este tipo de contacto tiene especial importancia en los epitelios de
transporte, por ejemplo, en el intestino delgado, dado que el pasaje
transcelular de la capa de epitelio permite seleccionar el tipo de sustancias
trasportadas. En algunos epitelios, la zonulae occludentes son extremadamente
densas en el urotelio de las vías urinarias, donde no hay ningún tipo de
absorción: presentan densidad más moderada en la mucosa del intestino delgado y
menor en los túbulos renales. En correspondencia, en los preparados por
congelación y fractura se ha demostrado un número variable de crestas
fusionadas en las zonulae occludentes, con mayor cantidad en las más densas.
Las
zonulae occludentes también representan una barrera para la difusión lateral de
las proteínas de membrana y desempeñan un papel muy importante en la división
de los plasmalemas de las células en dominios apical y basolateral, cada uno
con su composición de proteínas de membrana corresponden a las distintas
funciones de esos dominios.
Las
zonulae occludentes desempeñan también cierto papel mecánico, dado que la unión
entre las células es muy fuerte allí.
Zonula adherens: Este
tipo de contacto adherente se encuentra inmediatamente por debajo de la zonula
occludens, donde parece que las membranas divergen y luego transcurren por una
distancia de unos 20nm. EN la zonula adherens, las membranas trilaminares
opuestas tienen el aspecto habitual, pero sobre la superficie citoplasmática
interna se distingue una zona de densidad moderada con forma de placa delgada a
la que se fijan los filamentos citoplasmáticos circundantes.
En
la hendidura intercelular, puede detectarse un material poco electrodenso. Los
filamentos citoplasmáticos se componen de actina y, en ocasiones, se unen a la
denominada red terminal un
entrecruzamiento de filamentos intermedios junto con espectrina, que se
localiza en el citoplasma más apical. Las placas de zonulae adherens se
componen de la proteína vinculina, donde
anclan los filamentos de actina de la red terminal, frente a la placa se
encuentran numerosas moléculas de cadherinas transmembrana, que en parte se
fijan a la placa sobre la cara citoplasmática de la membrana y en parte se unen
a moléculas de cadherina correspondientes en la membrana de la célula vecina.
Las moléculas de cadherinas median así la verdadera unión de las células y, a
través de la placa, se fijan al citoesqueleto. Es posible que la formación de
la zonula adherens se deba a la adhesión celular original a través de las
moléculas de cadherina que después, por maduración de la célula, llevó a la
información de la zonula adherens. La eliminación de iones calcio del medio
extracelular induce la separación de las zonula adherentes como consecuencia lo
dependites que son las moléculas de cadherina de estos iones.
La
unión entre dos células también puede presentar características de lámina (en
lugar de anillo o zónula), la denominada fascia adherens. Esta estructura se
encuentra en el músculo cardíaco.
Otra
variante de la zonula adherens son las adhesiones focales, que relacionan la
célula con componentes de la matriz extracelular, por ejemplo, fribronectina,
perteneciente a un grupo de glucoproteínas de la matriz extracelular
denominadas glucoproteínas multiadhesivas. La molécula de fibronectina tiene
una serie de dominios. Cada uno de los cuales se une a un componente
determinado, y uno de los dominios se une a las superficies celulares mientras
que el otro se fija a colágeno. En la región de la membrana celular corresponde
a la adhesión focal, se encuentra un receptor de fibronectina, una proteína
transmembrana. En la cara externa de la superficie celular, el receptor tiene
un sitio de unión para la fibronectina, mientras que la superficie interna se
une a la proteína talina, que junto con la vinculina forman la placa en la cara
citoplasmática de la adhesión focal. Al igual que en la zonula adherens, la
vinculina media la fijación a los filamentos de actina del citoesqueleto por lo
que se refuerza el anclaje de la célula a la fibronectina de la matriz
extracelular.
Junto
con los receptores de otros componentes de la matriz extracelular, entre ellos
la lámina y determinados tipos especiales de colágeno, el receptor de
fibronectina pertenece a una familia de receptores de matriz extracelular
denominados integrinas. El nombre se debe a que las integrinas integran o unen
la matriz extracelular con el citoesqueleto. Esta integración influye sobre la
organización recíproca de los componentes de la matriz y el citoesqueleto. Las
integrinas también tienen funciones como receptores mediadores de señales, dado
que al parecer la unión a receptores del tipo de las integrinas activa procesos
de transmisión de señales intracelulares en los que intervienen
fosforilaciones. La mediación de señales no ocurre sólo desde el exterior y
hacia el interior de la célula, sino también desde el interior y hacia afuera,
dado que la unión de moléculas de señal intracelulares al dominio
citoplasmático de moléculas de integrina desencadena modificaciones de conformación
en el sitio de unión extracelular.
Desmosomas: estas
estructuras representan el tercer componente de un complejo de unión típico,
pero, a diferencia de la zonula occludens y la zonula adherens, no adoptan la
forma de cinturones sino de estructuras focales con un diámetro de unos pocos
cientos de nanómetros. Los desmosomas o maculae adherenies no sólo se
encuentran en relación con los complejos de unión, sino que también aparecen
diseminados sobre la superficie celular y se comprueban en casi todos los
epitelios. Son especialmente frecuentes en los epitelios expuestos a fuertes
acciones mecánicas, como, por ejemplo, el epitelio estratificado plano de la epidermis
y el epitelio simple cilíndrico del intestino. Cabe destacar que cada uno de
los tres tipos de contactos que se encuentran en el complejo de unión
característico puede aparecer con independencia de los demás.
Al
microscopio electrónico, se distinguen las dos membranas opuestas del desmosoma
separadas por un espacio intracelular de unos 20nm. Sobre la cara
citoplasmática de cada membrana celular, se observa una placa electrodensa que
es el sitio de fijación de filamentos intermedios citoplasmáticos que convergen
hacia los desmosomas, y que en las células epiteliales se componen de
queratina: en los desmosomas del músculo cardíaco, están, formados por la
proteína desmina. Los filamentos de queratina no finalizan en la placa densa,
sino que entran en contacto con ella mediante un bucle en horquilla. A menudo
se distingue una línea densa en el centro del espacio intracelular ubicado
frente al desmosoma, mientras que el resto del espacio intracelular, a cada
lado de la línea densa, está ocupado por material amorfo menos electrodenso.
Investigaciones bioquímicas han demostrado que la placa contiene las proteínas
placoglobina y desmoplaquina, que anclan los filamentos de queratina a la
placa. En el plasmalema cercano a la placa se encuentran en gran cantidad las
glucoproteínas transmembrana desmogleína y desmocolina, ambas pertenecientes a
la familia de las cadherinas. Estas proteínas se fijan con su dominio
citoplasmático a la placa, mientras que con sus dominios extracelulares se unen
a los correspondientes dominios extracelulares de las moléculas de la membrana
celular opuesta. De este modo, se unen las dos membranas celulares frente al
desmosoma y, a través de la placa y los filamentos de queratina, las células
componentes de la capa de epitelio forman una estructura citomecánica de gran
resistencia a la tracción, por ejemplo, en el epitelio estratificado plano de
la epidermis.
Los Hemidesmosomas:
comprenden sólo la mitad de un desmosoma. Se encuentran sobre la superficie
basal de las células epiteliales, donde no hacen contacto con las células adyacentes
y limitan con la membrana basal subyacente. De este modo, los hemidesmosomas no
median contactos entre células, sino el contacto entre las células y la matriz
extracelular, que aquí adopta la forma de una lámina basal. El hemidesmosoma no
sólo tiene una función de anclaje distinta de la del desmosoma; además, posee
una estructura diferente, dado que los filamentos de queratina terminan en
placa sin formar bucles o asas como en el desmosoma. Por otra parte, las
proteínas transmembrana de los hemidesmosomas no pertenecen a la familia de
cadherinas, sino a la familia de integrinas y, al igual que en las adhesiones
focales, se unen con la porción extracelular lo hace con los componentes de la
matriz, por ejemplo, la lamina de la lámina basal.
Nexo: (unión de hendidura): Es un contacto
intercelular extendido que se encuentra en muchos tipos celulares, entre ellos
muchas células epiteliales, donde se localizan sobre las superficies laterales.
Con mayor aumento, se distingue que las membranas celulares están separadas por
una hendidura intercelular de unos 2nm. El ancho de la hendidura se mantiene
constante en toda la región del contacto. Esto se demuestra con sustancias
marcadoras electrodensas, por ejemplo, hidróxido de lantano coloidal, capaz de
introducirse en la hendidura. La hendidura está casi totalmente ocupada por
estructuras aglomeradas hexagonales, que forman puente entre las membranas
vecinas. Estos puentes se componen de dos estructuras proteicas cilíndricas
huecas opuestas denominadas conexones, cada una formada por 6 subunidades de
una proteína transmembrana denominada conexina. Las seis moléculas de conexina
de cada conexón rodean un conducto que se extiende a través de toda la membrana
celular. Los conexones de las membranas opuestas se unen de a pares para crear
conductos entre los citoplasmas de ambas células. El conducto permite el pasaje
de una célula a otra de moléculas hidrosolubles de peso molecular de hasta
alrededor de 1000. Es posible variar el diámetro del conducto y, en
consecuencia, su permeabilidad, entre el cierre total y la apertura completa.
Por ejemplo, un aumento de la concentración intracelular de iones calcio induce
el cierre de los nexos en la célula.
Se
encuentran nexos en casi todos los tipos celulares, pero son especialmente
numerosos en los tejidos que requieren comunicación muy rápida entre células
que lo componen, dado que los nexos forman una base estructural para la
comunicación directa entre las células. El nexo es el único contacto que media
el acoplamiento eléctrico entre las células (cabe recordar que, en las células
vivas, la corriente eléctrica siempre es transportada por iones pequeños, como
iones sodio y cloro). Por el acoplamiento electrónico, pequeños iones
atraviesan los conductos de los conexiones y median la rápida diseminación de
una onda excitadora de una célula a otra. De este modo, los nexos forman las
sinapsis electrodensas (sinapsis eléctricas) entre ciertas células nerviosas y también
permiten que las células de los músculos cardíaco y liso se contraigan en forma
casi simultánea.
Geneser, F. (2012). EPITELIO,(cp.6). Horacio Negrete, J. Histología de Geneser: Editorial Panamericana. Buenos Aires.
Comentarios
Publicar un comentario